sábado, 8 de junio de 2013

¿QUÉ LE PASÓ AL SOL?

Nos sentimos abandonados, casi huérfanos, por este olvido que venimos sufriendo por parte de nuestro venerado y amado astro rey, por lo menos en esta parte del planeta.
A 9 de junio no hay nada que invite más a la depresión que tener que vestir con los abrigos que hemos venido usando durante todo el invierno y por invierno incluyo a parte del otoño y como no a esta primavera loca y cruel.

Es verdad que muy de vez en cuando el azar nos regala uno o dos días buenos pero que no son suficientes tras ver pasar por la ventana los cielos grises y encapotados que a su vez traen consigo temperaturas bajas, viento, lluvia, algo de granizo -por qué no- y en algunos lugares incluso nieve. Estamos hartos, muy hartos de esta situación tan injusta, con los escaparates llenos de colorines sin salida que presentan la nueva temporada que pronto, como si nada, habrá pasado sin haber logrado el que creía su objetivo: ir dejado paso al buen tiempo. Pobres comerciantes. Pobres de todos nosotros.

Pero, ¿qué le pasó al sol? tan vital él, tan lleno de vitamina E, tan indispensable en nuestra dieta diaria. Por qué nos ignora de esta manera y nos invita a salir huyendo de este territorio que se ha vuelto triste y hostil. Es como en las películas fantásticas en las que sin más, una aldea idílica se ve amenazada por el mal representado en forma de niebla espesa, de frío y de humedad. Aquí el verde predomina pero se está volviendo un verde grisáceo y oscuro cuando uno mira hacia las montañas que nos rodean al igual que el mar cuyo azul se impregna de ese matiz gris tan triste que se está colando y empieza a anidar en nuestros interiores. Lo estamos respirando y una especie de maraña también gris empieza a ser parte nuestra como el alienígena que se adueña de nuestros cuerpos y de nuestra voluntad. 

Tal vez la única esperanza sea practicar alguna danza ritual de esas que se celebran en Mesoamérica y demostrar nuestra fe. Mientras tanto me he vuelto asidua a las páginas que pronostican el tiempo y de momento tengo ya preparadas tres bolsas de ropa para lavar que hacen cola y esperan pacientemente su turno.