sábado, 18 de febrero de 2012

SENCILLO, COMO LA O POR LO REDONDO.


Por: JOSÉ LUIS HERNÁNDEZ S.
México.

        Años ha que se sentía triste, porque si bien no era el último lugar el que ocupaba, su posición no la consideraba envidiable, pues en el abecedario tiene el decimosexto lugar y, todavía peor, entre las vocales, el penúltimo. 


     La incomprensión que experimentaba por parte de los hombres la hizo rebelarse y solicitar un mejor lugar. Para fundamentar dicha solicitud, se puso a observar el uso cotidiano que se daba a sus compañeras y notó que, salvo contadas excepciones, tenían la misma utilidad; después se dedicó a mirar a su alrededor y encontró muchas cosas con formas similares a ella; se sintió importante, pues de los objetos estudiados, sólo en uno que otro apreció un pequeño parecido con algunas de sus compañeras; sin embargo, no conforme con esto, consultó en los libros del hombre y se dio cuenta de que a través de la historia, fueron siluetas iguales a la suya las que permitieron ese progreso del que tanto se jactan los humanos... ¡Que hubiese sido de estos sin la rueda para el transporte, sin la polea para aligerar la carga! y sin tantas otras cosas que no comprendía del todo; pero en las que, según miraba, intervenían objetos redondos, en grandes cantidades, dentro de complicadas maquinarias; supo que la partícula más pequeña hasta el momento conocida, el electrón, componente de toda la materia del universo, también tenía su contorno; se encontró hasta en los conceptos abstractos de las matemáticas, con el punto, que es adimensional.

      No podía estar más convencida de su superioridad, por lo que decidió ya no solicitar un mejor lugar, sino exigir el primer lugar; pero, al continuar analizando su problema, y tratando de entender el porqué de esta injusticia, se dio cuenta de que nunca ocuparía una mejor situación, puesto que el hombre, ni siquiera le había asignado el primer puesto al nombrar los objetos y útiles de perímetros circulares, e incluso, en algunos ni siquiera le asignó un lugar: cero, círculo, rueda, polea, anillo, aro, etcétera; era porque éste basa el éxito de su progreso en su inteligencia y, siendo el ser más arrogante del planeta, no permite que se socave su prestigio ante él mismo, aceptando la realidad de que sin ella, ¡malhaya de progreso que tendría!

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