José
Luis Hernández S.
El destino trazado por
Urania se cumplió cuando Terpsícore nos puso a danzar al son del
pandero de Euterpe; al ridiculizarnos Talía, terminamos trágicamente
cuando Melpómene metió su cuchara. Polimnia no pudo recrear con
armonía tamaño desorden, por lo que se permitió a Caliope narrar
lo escrito por Erato, según observaciones de Clío.
No hay comentarios:
Publicar un comentario