jueves, 12 de abril de 2012

MIRIAM




JOSÉ LUIS HERNÁNDEZ S.
Después de cuatrocientos años, cada vez que su terror era superado por la necesidad de saber hasta donde podía llegar, se atrevía, a pesar de la resistencia inaudita de su mano, a abrir la puerta de su ropero, para de reojo, sin poder hacerlo de manera directa, mirar su imagen reflejada en ese antiguo espejo que ha mantenido escondido prácticamente durante todo este tiempo, y como solía suceder en ocasiones anteriores, al observar el incremento de esos múltiples pliegues entre las arrugas y la degradación de los perfiles donde ya no es posible, por falta de espacio, que se formen más rugosidades y con el pánico exacerbado, quedar prácticamente sin poder razonar ni dormir en un par de meses. En esa ocasión, el golpe fue contundente, pues al momento de ir cerrando la puerta, percibió el nauseabundo olor de la carroña.
    Cuando al fin pudo controlarse, se dio cuenta de que irremediablemente su final estaba próximo. Con una tristeza que se le impregnaba hasta en los huesos; observó: que desde la bruma en su cabeza se despejaba el antiguo tianguis del Chopo, cuando curioseando entre puestos, de uno de ellos, atrajo su atención un espejo enmarcado con aromática madera, labrada con maestría y repujada con oro. Cuál fue su asombro y desconfianza cuando la, un tanto lúgubre, pero hermosa pareja dark, poseedora del espejo, se lo ofrecía sin pedir nada a cambio, mas, al notar su suspicacia, le dijeron que no se trataba de engañarla, que el espejo era obra de un artista del inframundo y que tenía la cualidad de que cuando su nuevo poseedor mirara su imagen reflejada por primera vez, esta, en la nueva dueña, se conservaría inmutable en el transcurso del tiempo y, a partir de ese momento, el espejo asimilaría el deterioro ocasionado por la vejez, de modo que cada vez que se observara en el espejo, vería la realidad y podría transitar sin sufrir deteriro alguno, hasta que este, saturara el espejo y entonces se corrompería la imagen, para que después, en forma acelerada, se diera la descomposición de su dueño, quedando tan sólo, una sanguaza viscosa  y mal oliente. De este proceso, a cambio, la pareja dark se revitalizaría con el terror generado por la imagen del espejo. 
    Como buena agnóstica, no pudo dar crédito a semejante cuento y colocó el espejo cerca de la entrada de su casa, donde podía mirarse al entrar y salir. Era su orgullo, una verdadera obra de arte que presumía a cuanta visita llegaba y su historia, en la plática, siempre estaba presente.
     Pasados algunos años, empezó a parecerle que su reflejo no se miraba cabalmente como en el resto de los espejos de la casa, colocó uno de ellos junto al de la entrada y comparó las imágenes, no logró definir las diferencias, sin embargo, no pudo borrar la sensación de que había discrepancias. Fueron varios días de múltiples observaciones para que pudiera encontrar tan sutiles diferencias, en el de la entrada, contó un dedo extra en la pata de gallo del ojo derecho. Enmudecida de terror, desprendió el espejo y lo escondió dentro del ropero. Aun incrédula, pensó, que si esto fuera cierto, en realidad, sería una bendición, y así lo fue, más o menos, durante los primeros cien años, salvo, la necesidad de cambiar periódicamente su domicilio y amistades. Lo hacía, cuando empezaba a escuchar determinados comentarios: Que si era pariente de Dorian Grey, que qué brujo la asistía, etc.
     Después de esta etapa feliz, empezó a consultar el espejo con cierta frecuencia, tratando de visualizar a través del deterioro de su imagen, el tiempo de que disponía antes de que el espejo se saturara; contabilizaba los espacios libres de arrugas y verrugas donde pudieran caber otras. Fue así como su terror, poco a poco crecía, hasta llegar al nivel actual.
     Analizando su inexorable desaparición, llegó a la conclusión de que: a pesar de la angustia que la había acompañado durante estos trescientos años, no todos los momentos fueron tristes, hubo adquisición de experiencia, amores, juventud, etc. El saldo es positivo. Nada es eterno y no estaba dispuesta a que las últimas gotas de su vida, se llenaran de terror y sirvieran de pasto a la parejita dark. Se sentó en posición de loto, fijo su pensamiento en un agradecimiento, surgido desde sus entrañas, por el don recibido y pronunció un gutural y muy grave ommm, convirtiéndose al instante, en una pequeña pila de ceniza blanca, que la suave brisa esparció. 
   
Diciembre de 2010

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