viernes, 7 de septiembre de 2012

RAZÓN HUMANITARIA


Por: José Luis Hernández S.

Silencio, ¡silencio!, que hay una historia que contar, todos recordarán el viejo cuento del gato de los pies de trapo... ¡Sí!, ese que terminaba diciendo, “quieres que te lo cuente otra vez” y que daba el pie para repetir cual disco rayado la misma bobera, hasta que, el hastío de los niños le ponía fin al asunto... Pero, ustedes dirán que, ¿qué tiene que ver este tonto relato infantil, con la historia por contar?... Pues les haré notar que, si narramos los sucesos que vive cualquier espécimen humano –salvo contadísimas excepciones, entre las que, seguramente estarán ustedes- escucharemos como se la vive haciendo una sarta de pendejadas que, generalmente lo conducirán a una crisis y en un afán de salvar la situación, con toda rapidez, dará un giro de 180 grados a su vida, sólo que, la inercia, se la girará hasta los 360 grados, dejándolo en el mismo camino donde cometerá un rosario similar de estupideces; únicamente que, aunque nos fastidiemos de escuchar tan trilladas historias, no hay poder humano que pueda ponerle fin y, tan sólo, es el Divino quién podrá sacarlo de su vida de mentecato... Sin embargo, si tomamos en cuenta que desde hace unos doce mil años, siglos mas, siglos menos, el humano ha registrado sus necedades, qué podría contarles que no se hubiese dicho antes... ¡Claro está!, hay una historia que contar, pero como no los quiero aburrir con el cuento de nunca acabar de algún zopenco, mejor aquí la dejamos.

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