domingo, 15 de abril de 2012

Fórmula del ejercicio contra la depresión de los parados

Desgraciadamente nos estamos empezando a acostumbrar a las llamadas medidas de austeridad que impactan directamente contra los colectivos más desfavorecidos, como es el de los parados. Uno de los criterios más importantes a tener en cuenta a la hora de lanzar dichas medidas debería ser el de la coherencia y la dignidad pero no parece ser así. Estos valores simplemente no están de moda esta primavera.

¿Es posible que una medida de austeridad coherente y digna sea subir el transporte público un 29%?  En el caso de la Comunidad de Madrid, a partir del mes de mayo, el Metrobús, que por cierto yo utilizo cuando voy y que consta de diez viajes que sirven tanto para el metro como para el autobús como su nombre indica y que utilizan uno de cada cinco viajeros, va a incrementar su precio de forma desorbitada pasando de costar 9.30 euros a 12, convirtíéndose así en la ciudad española más cara para viajar en metro. En el caso del Abono Mensual la subida es del 7% y nos dicen que todo ello se justifica básicamente por las subidas de la luz y del gasóleo.

Probablemente en el caso del colectivo de los parados, el Metrobús sea el ticket más ultilizado. No tiene sentido que opten, salvo excepciones, por el billete sencillo o el abono. Así que les afecta directamente. No sólo no tienen trabajo sino que además ahora tendrán que pasar más tiempo en casa o moverse más bien por sus barrios, ideal para fomentar la depresión en su estado de ánimo. Claro que siempre habrá algún optimista que opine que ahora que llega el buen tiempo será la mejor forma de dedicarse a pasear y recorrer la ciudad, de esta forma si uno quiere  salir se verá "obligado" a practicar ejercicio, a pie o bien es una buena excusa para sacar por fin la bici  oxidada del trastero (el que lo tenga) y a rodar. El ejercicio siempre viene bien para levantar el estado de ánimo, ¿verdad? 
Demos pues las gracias.

jueves, 12 de abril de 2012

UN GIRO NECESARIO

A partir de ahora este blog va a sufrir ciertos cambios, principalmente de contenido. 
Lo que está sucediendo a mi alrededor me tiene francamente cabreada y siento la necesidad de expresarme en este sentido aunque no quiero dejar totalmente apartada la faceta más intimista. Espero que esta nueva dirección sea para bien y que les resulte interesante. No voy a explicar en qué consiste sino que se irá viendo poco a poco. Lo único que puedo decir es que no dejo de asombrarme de la cadena de acontecimientos que parecen decorar nuestras vidas últimamente y de los que es imposible librarse al acostarse y otra vez al despertarse. La verdad es que da miedo. Pero, ¿en manos de quiénes hemos estado? ¿y en manos de quiénes nos encontramos ahora? La corrupción, la mala gestión y una buena dosis de ficción de tercera parecen brotar, si cabe, aún más ahora que los escaparates se tiñen de hermosos colores al igual que el campo.
Ni cabe decir mi hartazgo de la clase política... a la que hay que seguir muy de cerca: Que trabajan para nosotros, que nos representan y esto parece que se olvida constantemente.
Insisto: ¿qué nos hemos creído que éramos?

MIRIAM




JOSÉ LUIS HERNÁNDEZ S.
Después de cuatrocientos años, cada vez que su terror era superado por la necesidad de saber hasta donde podía llegar, se atrevía, a pesar de la resistencia inaudita de su mano, a abrir la puerta de su ropero, para de reojo, sin poder hacerlo de manera directa, mirar su imagen reflejada en ese antiguo espejo que ha mantenido escondido prácticamente durante todo este tiempo, y como solía suceder en ocasiones anteriores, al observar el incremento de esos múltiples pliegues entre las arrugas y la degradación de los perfiles donde ya no es posible, por falta de espacio, que se formen más rugosidades y con el pánico exacerbado, quedar prácticamente sin poder razonar ni dormir en un par de meses. En esa ocasión, el golpe fue contundente, pues al momento de ir cerrando la puerta, percibió el nauseabundo olor de la carroña.
    Cuando al fin pudo controlarse, se dio cuenta de que irremediablemente su final estaba próximo. Con una tristeza que se le impregnaba hasta en los huesos; observó: que desde la bruma en su cabeza se despejaba el antiguo tianguis del Chopo, cuando curioseando entre puestos, de uno de ellos, atrajo su atención un espejo enmarcado con aromática madera, labrada con maestría y repujada con oro. Cuál fue su asombro y desconfianza cuando la, un tanto lúgubre, pero hermosa pareja dark, poseedora del espejo, se lo ofrecía sin pedir nada a cambio, mas, al notar su suspicacia, le dijeron que no se trataba de engañarla, que el espejo era obra de un artista del inframundo y que tenía la cualidad de que cuando su nuevo poseedor mirara su imagen reflejada por primera vez, esta, en la nueva dueña, se conservaría inmutable en el transcurso del tiempo y, a partir de ese momento, el espejo asimilaría el deterioro ocasionado por la vejez, de modo que cada vez que se observara en el espejo, vería la realidad y podría transitar sin sufrir deteriro alguno, hasta que este, saturara el espejo y entonces se corrompería la imagen, para que después, en forma acelerada, se diera la descomposición de su dueño, quedando tan sólo, una sanguaza viscosa  y mal oliente. De este proceso, a cambio, la pareja dark se revitalizaría con el terror generado por la imagen del espejo. 
    Como buena agnóstica, no pudo dar crédito a semejante cuento y colocó el espejo cerca de la entrada de su casa, donde podía mirarse al entrar y salir. Era su orgullo, una verdadera obra de arte que presumía a cuanta visita llegaba y su historia, en la plática, siempre estaba presente.
     Pasados algunos años, empezó a parecerle que su reflejo no se miraba cabalmente como en el resto de los espejos de la casa, colocó uno de ellos junto al de la entrada y comparó las imágenes, no logró definir las diferencias, sin embargo, no pudo borrar la sensación de que había discrepancias. Fueron varios días de múltiples observaciones para que pudiera encontrar tan sutiles diferencias, en el de la entrada, contó un dedo extra en la pata de gallo del ojo derecho. Enmudecida de terror, desprendió el espejo y lo escondió dentro del ropero. Aun incrédula, pensó, que si esto fuera cierto, en realidad, sería una bendición, y así lo fue, más o menos, durante los primeros cien años, salvo, la necesidad de cambiar periódicamente su domicilio y amistades. Lo hacía, cuando empezaba a escuchar determinados comentarios: Que si era pariente de Dorian Grey, que qué brujo la asistía, etc.
     Después de esta etapa feliz, empezó a consultar el espejo con cierta frecuencia, tratando de visualizar a través del deterioro de su imagen, el tiempo de que disponía antes de que el espejo se saturara; contabilizaba los espacios libres de arrugas y verrugas donde pudieran caber otras. Fue así como su terror, poco a poco crecía, hasta llegar al nivel actual.
     Analizando su inexorable desaparición, llegó a la conclusión de que: a pesar de la angustia que la había acompañado durante estos trescientos años, no todos los momentos fueron tristes, hubo adquisición de experiencia, amores, juventud, etc. El saldo es positivo. Nada es eterno y no estaba dispuesta a que las últimas gotas de su vida, se llenaran de terror y sirvieran de pasto a la parejita dark. Se sentó en posición de loto, fijo su pensamiento en un agradecimiento, surgido desde sus entrañas, por el don recibido y pronunció un gutural y muy grave ommm, convirtiéndose al instante, en una pequeña pila de ceniza blanca, que la suave brisa esparció. 
   
Diciembre de 2010

martes, 20 de marzo de 2012

LOS BALLETS RUSOS DE DIAGHILEV 1909-1929 (MADRID)

Hasta el 3 de junio en la Fundación La Caixa de Madrid  se puede visitar esta bellísima exposición cuyo montaje me ha fascinado. Para presentarnos este interesante tema y la importancia de la figura de Diaghilev se ha creado una atmósfera envolvente a modo de puesta en escena en la que la luz, la música y diversos medios audiovisuales forman una especie de túnel del tiempo por el que el espectador se puede pasear muy agusto, disfrutando de cada cartel, de cada foto, vídeo, cuadro y de los espléndidos trajes y escenarios que en muchos casos han sido diseñados por Picasso, Juan Gris, Miró, etc.


jueves, 15 de marzo de 2012

Si de capitales pecados se habla... de lengua, un buen plato.







Por: José Luis Hernández S.
(México)


... ¡Ah!, pero qué tenemos aquí, un moribundo, ¡Eh, señor! ¿Qué le sucedió? No me diga que se desbarrancó... Malo, malo... ¡Mire nada mas en que situación quedó! Creo que no tiene un sólo hueso sano y aunque ese precioso líquido rojo no lo veo derramado por aquí, me imagino que en su interior ha de estar en suculentos charcos, mmm... No sé si lo que le voy a decir le sirva de consuelo en este momento, pero ha de saber usted que antes de morir, me prestará un gran, gran servicio; hoy tendrá la suerte de ser mi proveedor de alim... ¡Doctor! Pero si es usted... ni más ni menos... Tal vez usted no me conoce, lo sé por su expresión y por que no se ha avocado a la tarea de buscarme, sin embargo, para su desgracia, yo lo conozco perfectamente... ¿Qué he hecho para merecer esta suerte? Encontrarlo aquí, agonizando. Voy a tener el placer de verlo morir. Me sentaré a esperar ese momento tan sublime que ni siquiera soñé y que ahora, en esta lunática penumbra, me extasiará el gran drama de sus gesticulaciones... Pero, ¡qué descuido!, «doctor» Yo aquí hablándole de mis sentimientos y no he tenido ni siquiera la delicadeza de saludarlo. ¡Buenas noches!, «doctor». ¿Tuvo usted un accidente? ¿Se siente muy mal?, «doctor». ¿Ya no puede ni hablar? ¡Qué barbaridad!... Se volvió viejo doctor. Cómo es posible que siendo usted una persona tan cuidadosa, tan metódica, se atreva a viajar de noche a través de mi territorio, siendo estos tenebrosos parajes tan agrestes que hasta los mismos lugareños les tienen reservas. Es muy atrevido, «doctor». ¡Que descuidado! Quién lo iba a pensar de usted, no trae sus crucifijos de oro, ni su ostia sagrada, ni siquiera sus aromáticas guirnaldas de flores de ajo... Sobrestimó su trabajo, «doctor»... ¡Qué no hubiera dado mi primo –si usted no lo hubiese destruido- por estar aquí!, a mi lado, disfrutando éste momento... ¡Oiga!, se me está ocurriendo algo muy gracioso, una verdadera ironía del destino, pero no debemos perder tiempo, ya que está próximo a morir... Tal vez podríamos efectuar una comunión de nuestras sangres y así, al terminar su vida, pasaría a engrosar nuestras filas, ¿lo puede imaginar? ¿No le parece simpático? Usted que nos ha perseguido sin descanso, con tenacidad y desprecio; usted que creía habernos exterminado; está ahora a un paso de convertirse en uno más de los nuestros... Pero doctor, por favor quite usted esa mirada de desesperación; en el lamentable estado en que se encuentra no le queda más remedio que resignarse y aceptar el futuro que le voy a brindar... Mmmm... ¿Brindarle yo un futuro? ¿Soportarlo toda la eternidad? ¡No!, sería como premiarlo, ¡no lo haré! Sin embargo, dejarlo morir así, sin nada más, no sería lo correcto, me quedaría con un mal sabor de boca, debo satisfacer adecuadamente mi sed de venganza... ¡Doctor!, voy a darle el trato que se merece y, por lo que más quiera, quite esa maldita mirada de borrego a medio morir que no hará que me conmueva. He de hacer que su breve agonía le parezca eterna, que pague por mi primo y mis congéneres... ¡Si!, por mi querido primo que estuvo a punto de brindarnos un mejor hábitat, un proyecto que le llevó siglos desarrollar y que en el momento de su inicio, de repente, aparece usted y lo arruina todo... ¡Si! Todo se echó a perder por su culpa… y por la estúpida arrogancia de mi primo que lo llevó a cometer el error de menospreciarlo; sin embargo, entérese de que todo su esfuerzo fue inútil, porque, sin la presencia del conde con su infantil cerebro que opacaba y entorpecía mis acciones y sin la intervención de usted -asunto que estamos por arreglar- no habrá ser sobre la Tierra capáz de enfrentarme con éxito; ocuparé el lugar que tenía mi primo, ya no seré un ente sin brillo, he de trascender a través del tiempo, estaré presente en el pensamiento de todos los mortales hasta la eternidad... Pero, volvamos a lo nuestro, «doctor», que su tiempo se acaba y en este momento en que está a merced de mi inclemencia, cada segundo que pasa, es uno que pierdo para el gozo de torturarlo. No desaprovecharé esta oportunidad que el destino me brinda en bandeja de plata. ¡He de hacerlo pedazos! ¡Sentirá mi crueldad en cada una de sus partículas! ¡Sufrirá horrores que ni siquiera es capaz de imaginar! He de lograr que suplique por su muerte. Toda mi ferocidad recaerá en su persona, volveré locos sus sentidos. ¡Sí, doctor Van Helsing! De ésta no lo salva ni siquiera un argumento de Stoker Abraham. ¡Le juro por Dios que... ¡Aaggggh!... Grgrr, r, r...